25 noviembre 2009

DÍAS TRISTES




Esta vez no habrán fogones por medio, dedicaré este pequeño trozo de corazón a dos personas extraordinarias, que fueron hace unos días tragadas por la inmensidad del mar, Israel y Lourdes.

Allí donde estéis, los corales albergaran el amor infinito que vuestros familiares y amigos os dedicamos, desearía no tener que sentir palabras de angustia que atenazan mi garganta, desearía no reconocer los rostros de vuestros padres en la peor sentencia que un padre puede vivir, pero el mar rojo a encontrado su destino y vuestras almas permaneceran unidas, ensortijadas en la cruel belleza del mar.
Por y para vosotros, siempre os tendremos en nuestros corazones.


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